¡A buscar galpones, compadre! Hay mil, dos mil galpones abandonados en Caracas, vamos por ello que Chávez los expropiará y los pondrá a la orden del pueblo para construir viviendas dignas”.
Hugo Chávez
En el año 1990 David Brillembourg, presidente del consorcio financiero venezolano Confinanzas, decidió levantar una torre en Caracas, un rascacielos de más de 40 pisos cuyas fachadas eran de vidrio, coronado por un helipuerto. Sería el tercer edificio más alto de Venezuela y el octavo de Latinoamérica.
La muerte de Brillembourg en 1993 y la crisis bancaria de 1994 paralizaron las obras, que quedaron sin terminar, al 60% de su construcción. El rascacielos pasó entonces a manos del Estado, a través de la entidad Fogade. Esta la puso en subasta, pero no apareció oferta alguna. A partir del año 2000 empiezan los saqueos y la gente se va llevando vidrios y los marcos de carpintería para vender.
El 17 de octubre de 2007, un grupo de unas 200 familias se organizaron e invadieron la torre. “Lo que encontramos fue puro escombro, dormíamos ahí en medio, en una carpa en colchonetas. Todo lo que ves lo hemos hecho con estas manitas”, dice Dani Enrique, uno de los primeros en ocupar la torre.
En junio de 2009 se registran como cooperativa habitacional (Casiques de Venezuela, R.L.).
Para vivienda se ocupan 26 plantas, las que corresponden con la parte más ancha del edificio, a las que se accede sin ascensor.
Sus 9 plantas de garaje disponen de servicio de mototaxi, que hace uso de las rampas para transportar a los vecinos hasta la planta cero. De allí hasta la 26 se desplazan por las escaleras, que aún hoy no disponen de ninguna barandilla.
Hoy, la llamada “favela vertical”, con 121.000 metros cuadrados, además del estacionamiento para coches dispone de bodega, librería, heladería, cybercafé, dos talleres de costura, cancha de baloncesto, peluquería y hasta una iglesia bautista.
El pastor de la iglesia de la Torre es el propio jefe de la invasión y presidente de la cooperativa, Alexander Daza, conocido como “El Niño”. Él es la cabeza del grupo de 15 coordinadores que gestiona el edificio.
Las 200 familias iniciales son ahora 1.200 según el último censo elaborado por ellos mismos. Eso les obliga a una organización rigurosa, con una reunión semanal por planta, donde todo está regulado.
En los comienzos la ocupación fue caótica, hasta el punto de que los vecinos arrojaban la basura por la ventana. Solicitaron durante mucho tiempo el remate de las obras, pero lo único que consiguieron fue el abastecimiento de agua y energía eléctrica.
Para el agua se las apañan con tres bombas por torre, una tubería y una manguera en cada planta.
Como si se tratase de una urbanización, cada familia paga unos gastos mensuales de 150 bolívares por luz y vigilancia, que administra la cooperativa.
Además disponen de un delegado por planta y servicio de seguridad. La torre cuenta con caseta a la entrada que funciona día y noche y en la que entregan tarjetas numeradas a las visitas.
Ángela Bonadies dice que el edificio es “una metáfora del país” en la que “se puede ver el fracaso del capital y la industria privada; del Estado, como ente paternalista y populista; de la denominada revolución socialista, que solo produce caos y vacíos legales; de las iniciativas horizontales como las 'cooperativas' habitacionales porque en el espacio de la torre se reproducen todos los defectos de nuestro país: caciquismo, burocracia, dogmas de fe, juegos de poder, exclusión, violencia, precariedad sanitaria, etc”.
En 2012 recibe el León de Oro de la Bienal de Venecia en la sección de Arquitectura por ser “un símbolo del fracaso del neoliberalismo y de la autopromoción de los pobres” y que “con sus magníficos defectos, representa una oportunidad para reflexionar de nuevo sobre cómo creamos y promovemos las comunidades urbanas”.
Este premio recibe duras críticas en Venezuela, como la de Gerardo Zavarce, "Seleccionar un proyecto de este tipo para la Bienal es sacar de contexto la realidad venezolana, una especie de antropología que opera por una ficción, romántica, que adormece la visión de lo que nos sucede".
En la misma línea, añade Bonades con burla:
“Los países subdesarrollados seguimos siendo lugares exóticos donde suceden cosas exóticas que generan interés internacional”.
Blog con abundante información
Gracias, Genín.
26 comentarios:
De nada corazón, ya veo que como a mi te ha apasionado el tema y has continuado indagando, te ha quedado una entrada genial! :))
Besos y salud
Bueno, no te imaginas, no me canso de ver fotos y leer artículos. Lo resumí lo que pude porque las imágenes son elocuentes, pero habría que hablar y mucho. No es nada fácil organizar una comunidad tan grande.
Tampoco es fácil subir 26 plantas sin ascensor...hasta eso me maravilla, jaja.
Besos y salud.
Como son temas que me calientan a más no dar, evitaré entrar en política. Las fotos son surrealistas y demuestran que la realidad, una vez más, supera toda ficción. Me pregunto quién se hará responsable cuando alguno de estos niños caiga por el precipicio o por un costado de la escalera o el edificio se venga abajo.
Es una pena que la pobreza haya pasado a ser un recurso para la búsqueda de la belleza.
Un abrazo. Excelente artículo.
Eso me pasa a mi, que miro fotos y más fotos y me cuesta creerlo.
Lo de los niños es un milagro. Fíjate en ese de la foto andando en patinete. Si viste la nota de las florecitas hay muchas normas respecto a los niños, y una de ellas es que no pueden andar solos por los espacios.
Lo de irse abajo ya le veo más difícil porque a pesar de todo debe estar a media carga.
En fin, es un reflejo de las contradicciones de una sociedad compleja.
Besos, Maia.
Y te comento como a Genín: si hubiese ahí un "inxenieiro" (así llamaba un hombre de mi entorno a los "ingeniosos"), ya hubieran instalado un sistema de poleas para subir y bajar.
Claro que si lo que quieren es hacer ejercicio, 26 pisos no están mal.
Hay pueblos que no merecen los políticos que tienen...
(Y entonces recordé aquel vídeo de niños que pusiste)
¿Verdad que es raro?. A mi eso me choca bastante porque lo más difícil, que es el hueco, ya está hecho, así que solo sería la instalación. La verdad es que me agoto solo de pensarlo.
Hay pueblos que no sé cómo sobreviven. Mal, claro.
No recuerdo ahora a qué vídeo te refieres.
Bicos.
Ya me impresionó verlo en el blog de Genín y busqué información, más por saber que por compartir, y alucinaba con cada foto... has hecho una magnífica entrada,"chicazul", desde todos los ángulos como a mi me gusta conocer.
Y no voy a hablar de política ¡pa'qué! ¿verdad?
Un abrazo doble.
Vale. No he visto los vídeos (por ahora)...y ahora tengo que dejar la red y voy a tener un fin de semana en el que no voy a parar mucho por casa...pero esta entrada me interesa mucho-mucho (y me ha gustado también; ya te comentaré el motivo por mail).
Pasa buen fin de semana...
Un abrazo.
No conocía esto, gracias por hacer el post. Leeré más sobre ello. Me ha recordado cuando estudiaba sociología la idea del Falansterio http://es.wikipedia.org/wiki/Falansterio
Ninguno prosperó en la práctica, pero la idea es interesante y es más creo, q con la crisis comenzarán poco a poco a aparecer fenómenos sociológicos como estos. En España con tanta especulación inmobiliaria y tanto edificio vacío y tanta gente que está saliendo de los aprietos gracias a la solidaridad individual hacia otros, los Estados hace tiempo que han olvidado a sus votantes.
Un abrazo azul ;)
Respecto a la entrada uno no sabe muy bien qué pensar, francamente. La realidad venezolana parece tan compleja, es tan distante y resulta tan manipulada por los distintos intereses...
Se calcula que en España, hoy, hay entre 35.000 y 40.000 personas sin techo.
Las estimaciones varían pero se habla de en torno a un millón de casas vacías.
¿Quién sabe? De seguir esta tendencia a lo mejor el modelo venezolano no nos pilla tan lejos. Quiero decir que es muy posible que pronto la okupación en España deje ser un fenómeno marginal.
Prefiero dejarlo aquí, últimamente solo consigo ver la botella medio vacía.
Saludos
Lo que es triste es que un país rico en recursos no se dedique a la transformación de los mismos en industrias productivas que generarían puestos de trabajo dignos, eso es lo malo.
26 plantas sin ascensor, para mantener el tipo...
Gracias, Mariluz, y me contuve porque el cuerpo me pedía contar mucho más. Hay mucha tela en este tema.
Besos.
David, hay muchos vídeos en información sobre el tema, pero hay que acotar, jaja. Estos son cortos.
Un abrazo y a disfrutar del fin de semana.
Sonsoles, del falansterio ya hablamos mucho con Marcela. Es más, es un proyecto que no descartamos a medio plazo, jaja.
En su momento no tuvo éxito, pero ahora...¿quién sabe?
Tengo que hacer una entrada sobre eso. Lo pienso muchas veces.
;-)
Besos.
Gatopando, claro que no pilla lejos. De momento muchas familias ya están okupando la casa de sus abuelos. No es una okupación real, pero se asemeja bastante. Tampoco yo soy muy optimmista, pero esperemos...
Saludos.
Temujin, como tantos otros países de sudamérica. Si quisieran hasta nacerían cebollas en las aceras. En fin, muy mala suerte con los dirigentes, la verdad.
Besos.
Había visto, en su momento, sobre la torre en el blog de Genín. Ahora, con tu post, me ví los videítos y estuve viendo otros más en la red. Da para hablar largo y tendido sobre esto. Cosas similares hay en muchos lados de nuestra latinoamerica. Son reflejo de multiples factores. Sin duda que no es "digno" vivir en esas condiciones por un montón de motivos, desde cuestiones de salubridad, ediicias,etc...Pero, como dice una chica de un videíto: el saber que cuando llueve no hay que estar viviendo en el barro, eso ya es único para ella que antes vivía en una rancho del suburbio de Caracas. Construir viviendas para tantas familias, que por muchíiiiisimos años han sido los grandes postergados en todos sus derechos básicos, no se soluciona así nomás. No se trata de hacerles cualquier cosa y meterlos dentro como si fueran objetos. Mientras tanto están ahí, se organizan y viven lo mejor posible hasta tanto llegue una solución más definitiva. Por acá, por que en mi país, también hay casos similares, poco a poco se fueron erradicando los asentamientos irregulares, se dió vivienda también a familias que habían ocupado alguna construcción,etc..Pero, todo eso requirió y requiere todo un trabajo social junto con las familias, no es solo tener ganas y contar con presupuesto estatal para eso. Las personas, por que lo son, tienen inquietudes, carencias, ideas,etc...e integrarlas, sacarlas de la marginalidad social lleva un trabajo de "corredor de fondo". Me atrapan estos temas, no quiero ser extensa, ya me pasé creo,jajajajaja.Un beso.
Fiorella, no, no te pasaste, jaja, claro que el tema da para mucho, pero claro, una buena política sería esa que dices y no incitar a la gente a ocupar y asaltar, tal como se ve en la primera cita. No resuelve el problema, pero "está con ellos", es decir, nada.
No me deja de maravillar que hayan sido capaces de organizarse tan bien, eso tiene mucho mérito.
Besos.
Caracas, oh, lala. Tenemos allí familia. Unos primos que hace años emigraron allí y se casaron con venezolanos/as, una circunstancia que sirvió para que nos invitaran a visitarlos en el viaje de novios y yo alucinara con el país y su capital, que para mí resultaba exótica hasta el límite. Casi tres semanas nos tiramos allí, jajaja.
Y era un país de contrastes, claro. Recuerdo el terror que se le tenía a los malandros, los patios de comunidad cerrados y con portero armado vigilando, la "cota 1000" donde la gente hacía footing y ciclismo, los árboles barbudos y sus lianas en medio de la carreteras, los monos perezosos en los parques públicos, los cambures (como plátanos)...
Y los rascacielos, entre ellos este sin acabar. En un día de paseo en el que nos recalcaron que fuéramos sin nada valioso a la vista, aunque para vista esos mismos rascacielos y la cordillera litoral de los Andes. Un reportaje bloguero cojonudo el tuyo, que tú vales mucho, jaja.
Besos. Me puse postalero, disculpas.
Bueno, Frankie, me alegro de haberte traído buenos recuerdos. Supongo que será de esos sitios a los que te gustaría volver.
Tuve mucha familia allí, entre ellos a mis padres, así que ya sé lo que es un cambur, un palito y una arepa, jaja. Y frío el plátano, pero el canario, claro, con su arroz blanco y todo eso. Es lo que tengo de allá, unas cuantas recetas que he incorporado a mi menú ¡y qué rico todo!
Besos.
Dentro de todo lo injusto de la situación, la dejadez del poder, etc., me quedo con la organización que tienen, las normas, etc.; habla muy bien del pueblo, a los que tanto se intenta manipular, que sirva de ejemplo para los que dirigen el circo, en lugar de criticar que tomen ejemplo.
Besos.
Pienso lo mismo, Cheli, no es nada fácil organizarse como lo hacen. Es como para sentirse orgullosos.
Besos.
Hace unos meses encontré ese rascacielos cpitalista-anarco-descuidao-chavista y la verdad no me lo podía creer. Pero eso es un decir, porque dos veces que estuve en latinoámerica -hace seis y ocho años- ví cosas increíbles. Pero bueno, lo que quería decirte es que la entrada está trabajadísima y me parece una delicadeza por tu parte, dedicarnos esas entradas que cuestan, pero lucen.
Por cierto, en la temporada 3 de Homeland, Brody está en Caracas y creo que la acción se desenvuelve en ese rascacielos. ¿Lo has visto?
Un beso, y gracias.
Un apunte tonto: Homeland, la serie, sí... ahí es donde lo conocí... fititú, desde la ficción de una serie americana.
Besos
Perdones!!! No leí el comentario de Marcela... eso es, en la tercera temporada de Homeland.
Fíjate sabía de la existencia de ese edificio gracias a la serie Homeland, que con su tufillo imperialista tiene cierta calidad. Es ahí donde se refugia Brody, el coprotagonista de la serie, cuando se cree que es el responsable del atentado contra la sede de la CIA. Por supuesto es una visión exótica, sesgada y poco realista donde el edificio parece el nido de miles de okupas controlados por una especie de Mafia interior que vigila que no haya exceso de pillajes.
No me extrañaría que el futuro de muchos de nuestros más afamados rascacielos tuviera un destino parecido.
Besos
Gracias, a ti,Marcela. Lo único que cuesta es resumir, porque llenaría esto de fotos, testimonios y vídeos.
Supongo que contradicciones como esta habrá unas cuantas, quizá esta sea la más exagerada por el tamaño ¿no?, la mayor cantidad de familias en el edificio más alto, el que iba a ser un icono de centro financiero de Caracas.
Besos.
India, veo no eres la única, jaja. Yo me enteré por el blog de Genín, pero creo que en España la mayoría fue por esa serie. No veo ninguna serie y no me entero ni de las noticias, jaja.
Achuchones!!!
Dr. Krapp, parece que tiene mala fama, pero en cambio los que viven allí solo se quejan del ascensor y están la mar de tranquilos.
Nuestros rascacielos...ya veremos. Puede que veamos eso y cosas peores. Y ya no me voy a preguntar si todos tendremos techo.
Besos.
Que puedo decir yo Lady Blue?. (suspiro)... todavia estoy abrumada por esta (y millones de realidades) que hay en esta "ciudad". Solo diré que me siento permanentemente en Mad Max.
Un gran abrazo.
Mar...
PD Frankie, no alucinaste con las empanadas? JAJAJAJA...
Besos.
Mar, te creo, te creo, y seguro que encontraste eso cambiado ¿o no?
Aquí todavía no nos echamos a la calle, pero todo es empezar.
No sé de qué empanadas le hablas a Frankie, ¿son arepas?, jaja.
Besos. Me alegro de nuevo de verte.
Ah, qué cosas... veo Homeland y vi el edificio ruinoso donde retenían al Brody, cierto que me llamó la atención pero estos eeuunidenses son tan artistas preparando decorados que lo tomé como un montaje más. Hasta que no lo han comentado, ni me había acordado (yo y mis despistes).
besos per tutti
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