Leyes, más bien nos sobran. Andamos perdidos en un laberinto de disposiciones, anegados en un océano de papel, y el derecho, ciencia, como la teología, profundamente española, ha caído en tal descrédito, que el nombre de justicia engendra recelo o desconfianza invencible, y no es aventurado decir que en España se teme más a la justicia que a los malhechores. No hay lucha legal, porque se la cree ociosa; la indisciplina se transforma en estoico fatalismo o en cautelosa astucia; hecha la ley, hecha la trampa; a ver cómo se elude lo que no puede cumplirse; contra ley de estuco abuso de piedra; venga el contrabando, venga la influyente recomendación, gire la mecánica política, enrédese el pleito y mañana Dios dirá.
Emilia Pardo Bazán.
4 comentarios:
Un texto para enmarcar y no ha cambiado tanto este pais de curas de misa y olla a politiquillos predicadores, de cortesanos ociosos a vagos políticos. Mientras la sociedad sufrimos, nos retrasamos y volvemos a perder el tren.
Un saludo
Hola, Daniel, así es, lees estos textos y comprobar que no ha cambiado nada es desesperanzador.
Un gusto saludarte de nuevo.
Por cierto, Daniel, ahora no puedo acceder a tu blog.
Si bien de 1899, y puede que entonces las cosas fuesen así, no cabría sostener hoy la vigencia de tal aseveración... O sí!
Y situándonos en el momento actual, en lo que a la "justicia" se refiere, no podría negarse que ésta se inclina más a lo de 1899 según el Partido Político que gobierne.
Que no es el actual.
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