Toca descanso bloguero.
;-)
Y por eso hablamos unos con otros, escribimos, telegrafiamos y nos telefoneamos unos a otros, de cerca o de lejos, cruzando tierra y mar, estrechamos las manos a la llegada y a la despedida, luchamos unos con otros e incluso nos destruimos unos a otros en este esfuerzo algo frustrado de atravesar paredes en dirección al otro. Como dijo una vez un personaje de una obra, estamos todos condenados a vivir en la celda solitaria de nuestra piel.