miércoles, 24 de abril de 2013

Uno es...



Uno,
me aventuro,
es los libros que ha leído,
la pintura que ha visto,
la música escuchada y olvidada,
las calles recorridas.

Uno es su niñez,
su familia,
unos cuantos amigos,
algunos amores,
bastantes fastidios.
Sergio Pitol

jueves, 18 de abril de 2013

Dulce vidiña


Amigo del alma, ante todo,  no llames caridad a lo  que es acendrada ternura. Tratándose de ti no distingo de acciones, y lo mismo que te abro los brazos te velaría enfermo o te ayudaría en el trabajo literario. Bien sé, ¿y por qué me lo dices? que nada premeditaste ni en  ningún agravio pensaste. En ti no cabe nada malo, ni te alcanza responsabilidad alguna, ni necesito yo otra cosa que esa dulce frase "he dormido bien".


"Miquiño mío" Cartas a Galdós. Edición de Isabel Parreño y Juan Manuel Hernández
Ed. Turner



Empezó siendo una relación de discípula a maestro, pasó a relación íntima y remató con una larga amistad que se prolongó hasta la muerte de él,  un año antes que la de ella.  En este libro se recogen las 93 cartas que se conservan entre 1883 y 1915, de las cuales sólo una es de Galdós.



Carta desde París. 1889


La casualidad hizo que llegara a este libro hace unos días por una reseña en un periódico,  que me fijara en su autora y la reconociera como una antigua compañera de trabajo con la que hace tiempo había perdido el contacto, y que una vez restablecido este me diera cuenta de que tenemos amigos comunes en la blogosfera -de distintos puntos del país-  a los que conocemos personal o virtualmente desde hace años.

El mundo es un pañuelo...y pequeño.


Felicidades, Isabel.



martes, 9 de abril de 2013

Llámenme hippy


Manuel Álvarez Bravo   (gracias, Lola)


Amar es un esfuerzo intelectual. Y cuando se ama mucho y solo, sin espacios de sombra, nos transformamos en un sol. Las plantas vivas dependen de esa estrella para llegar a la fotosíntesis.
 Llámenme hippy, llámenme lo que quieran. En cualquier caso, continuaré sabiendo de memoria la letra de  Something to believe in, Ramones, 1986.

José Luis Peixoto.


Esta entrada debería ir acompañada de esa canción, pero no es la que me sé de memoria sino esta otra, una canción que escuché y canté hasta la saciedad, y  que me habló del amor antes de saber qué era "eso". 
De ella entro y salgo siempre como si fuera mi casa.
Te doy una canción.




Cómo gasto papeles recordándote,
cómo me haces hablar en el silencio,
cómo no te me quitas de las ganas
aunque nadie me ve nunca contigo.
Y cómo pasa el tiempo que de pronto son años
sin pasar tú por mí, detenida. 

Te doy una canción si abro una puerta
y de las sombras sales tú.
Te doy una canción de madrugada,
cuando más quiero tu luz. 
Te doy una canción cuando apareces
el misterio del amor,
y si no lo apareces no me importa:
yo te doy una canción.

Si miro un poco afuera me detengo:
la ciudad se derrumba y yo cantando,
la gente que me odia y que me quiere
no me va a perdonar que me distraiga.
Creen que lo digo todo, que me juego la vida,
porque no te conocen ni te sienten.

Te doy una canción y hago un discurso
sobre mi derecho a hablar.
Te doy una canción con mis dos manos,
con las mismas de matar.
Te doy una canción y digo “patria”,
y sigo hablando para ti.
Te doy una canción como un disparo,
como un libro, una palabra, una guerrilla:
como doy el amor.


jueves, 4 de abril de 2013

Buenos.


George Platt Lynes


Ninguna más injusta por desproporcionada
que la ira de Dios
contra el gesto pueril de los amantes.
Sólo era una manzana
y el deseo de ser osados, libres, buenos.


"Ira". Amalia Bautista.