Amigo del alma, ante todo, no llames caridad a lo que es acendrada ternura. Tratándose de ti no distingo de acciones, y lo mismo que te abro los brazos te velaría enfermo o te ayudaría en el trabajo literario. Bien sé, ¿y por qué me lo dices? que nada premeditaste ni en ningún agravio pensaste. En ti no cabe nada malo, ni te alcanza responsabilidad alguna, ni necesito yo otra cosa que esa dulce frase "he dormido bien".
"Miquiño mío" Cartas a Galdós. Edición de Isabel Parreño y Juan Manuel Hernández
Ed. Turner
Empezó siendo una relación de discípula a maestro, pasó a relación íntima y remató con una larga amistad que se prolongó hasta la muerte de él, un año antes que la de ella. En este libro se recogen las 93 cartas que se conservan entre 1883 y 1915, de las cuales sólo una es de Galdós.
Carta desde París. 1889
La casualidad hizo que llegara a este libro hace unos días por una reseña en un periódico, que me fijara en su autora y la reconociera como una antigua compañera de trabajo con la que hace tiempo había perdido el contacto, y que una vez restablecido este me diera cuenta de que tenemos amigos comunes en la blogosfera -de distintos puntos del país- a los que conocemos personal o virtualmente desde hace años. El mundo es un pañuelo...y pequeño. Felicidades, Isabel.
Amar es un esfuerzo intelectual. Y cuando se ama mucho y solo, sin espacios de sombra, nos transformamos en un sol. Las plantas vivas dependen de esa estrella para llegar a la fotosíntesis. Llámenme hippy, llámenme lo que quieran. En cualquier caso, continuaré sabiendo de memoria la letra deSomething to believe in, Ramones, 1986.
José Luis Peixoto.
Esta entrada debería ir acompañada de esa canción, pero no es la que me sé de memoria sino esta otra, una canción que escuché y canté hasta la saciedad, y que me habló del amor antes de saber qué era "eso". De ella entro y salgo siempre como si fuera mi casa.